miércoles, noviembre 21, 2007

Rajoy es un cadáver político

Ni un mínimo atisbo de coherencia le asiste ya. Incapaz de frenar la deriva de su partido hacia el búnker AVT-FAES durante la legislatura que está a punto de terminar, algún Arriola ha debido de aconsejar al todavía presidenciable popular que “igual sería oportuno” no figurar entre la plana mayor de la movida que Alcaraz tiene preparada para el sábado. Demasiados aguiluchos, muchos zETAp y “queremos saber” –cuando ya todo se sabe- para después poder concurrir con el morro de moderadito a los comicios de marzo.
Pero tal acción –que no va a ser suficiente para convencer a quien ya ha perdido la esperanza- le puede granjear críticas provenientes nada menos que de COPE, Libertad Digital, Jaime Mayor-Oreja, Alejo Vidal-Quadras, Ángel Acebes, José María Aznar, FAES, DENAES, Foro Ermua, AVT, Foro por la Concordia y la Reforma Constitucional, Hazte Oír, Peones Negros, Peones Negros Libres, … así como una infinidad de grupúsculos –y no entramos en los de ultraderecha por falta de espacio- que han ido surgiendo como setas, como caracoles en un día de lluvia, una tormenta de dentelladas dialécticas, proclamas simploides y ultrademagógicas propias de un dirigente que ha demostrado el descontrol en el que se encuentra su enorme formación.

A Rajoy le ha faltado personalidad, le venía grande el puesto. No ha sabido ni por dónde empezar. Ni rectificando ha acertado. Lo vistieron de Rey para el Día de la Hispanidad, de primo de un erudito físico para negar el cambio climático, de peón negro para descubrir “la verdad” sobre un atentado con cientos de víctimas y de salvapatrias para una nación que está muy lejos de romperse.

Aunque El Mundo, en otro viraje propio de las veleidades y cambios de humor de su autoritarísimo director, coincida con la recién emergida moderación del todavía líder de la oposición y ABC vaya a hacer todo lo posible por estar a su lado, Rajoy ha demostrado ya su condición de cadáver político. Muerta la teoría de la conspiración, la esperanza blanca parece que va a hacer lo último que le faltaba. ¿Dejará, de verdad, de lado a sus víctimas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rajoy está atado de pies y manos por lo que tú muy acertadamente, rememorando el periodo mas oscuro de la transición, defines como “bunker”. Dudo mucho que en los
pocos meses que le quedan como líder de la derecha sea capaz de desembarazarse de
la trama pseudofascista que lo ha vitoreado y arropado en su irracional labor opositora.

Así pués preparémonos para unos próximos meses durísimos donde tendremos que enfrentarnos, con argumentos democráticos claro está, a la derecha más cavernícola,
injuriosa y en definitiva antidemocrática que hemos conocido desde que se restauró la democracia en nuestro país.