La propuesta de Artur Mas de una especie de carnet por puntos para los inmigrantes me parece descabellada. Su idea es que los inmigrantes sólo podrán acceder a los servicios que ofrece el Estado de bienestar -dejando aparte la sanidad- si se integran en la sociedad catalana y aceptan sus valores y su cultura.
¿Cómo se come esto? ¿Se trata de poner más trabas a las que ya encuentran por su condición de desplazados? ¿Se les ha de premiar o castigar según cambien su modo de vestir, aprendan catalán, bailen sardanas, cambien el Ramadán por la Pascua o compren rosas por Sant Jordi?
Si cometen delitos, ahí entra ya la justicia, sean inmigrantes o no. Por lo demás, debemos dejar que los inmigrantes descubran por sí mismos lo que les conviene adoptar o retener. Someterles a evaluación de civilidad o de catalanidad, resulta ofensivo.
Y Catalunya debe ser, ante todo, un amable país de acogida en el que, desde el primer momento, los que lleguen se encuentren como en casa.
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