El reportaje del mundo sobre Cataluña, emitido en Telemadrid, sólo siembra la semilla del rencor

Como, a pesar de todos los agoreros genoveses, España no se ha roto ni parece que corra tal riesgo, y las elecciones municipales y, parcialmente, autonómicas se van acercando, algunos hechiceros de la tribu neocon, que es sinónimo de neofascismo siglo XXI, creen que recurrir a la catalanofobia puede incrementar los votos, por ejemplo, de Esperanza Aguirre que, según ciertos augures, no va sobrada de papeletas ante las urnas de mayo. Sí va sobrada, en cambio, de distinciones porque en 2004 a su título de condesa consorte de Murillo la presidenta por tamayazo pudo añadir el de Dama comandante del Imperio Británico, que le fue concedido por la reina Isabel II.

El lunes pasado Telemadrid ofreció por la noche un reportaje elaborado por la factoría del mundomundial, en el que se trataba de demostrar que, en Cataluña, los catalanoparlantes son de facto ciudadanos de segunda. Cataluña es una de las monomanías de Pedro J. Ramírez y, sin duda, también de la Dama comandante Esperanza Aguirre. Lo de Ramírez viene de lejos y su alergia a lo catalán –aunque su madre lo era- le pudo costar muy caro al Diario 16 en el comienzo de la década de los ochenta, siendo él director de ese periódico. Respecto a doña Espe, baste recordar ciertas intervenciones suyas cuando la OPA catalana a Endesa o cuando las tormentas del Estatuto, mientras desde Telemadrid se exhortaba –a través de Curry Valenzuela, veterana sargenta de hierro del periodismo conservador- a boicotear el cava.

España no se ha roto. Pero los/las catostrafistas no cejan en el empeño. Como han señalado los sindicatos y el Comité de Empresa de Telemadrid, el reportaje de marras “fomenta el odio entre los ciudadanos”. Nada más eficaz para fabricar independentistas o separatistas que la estrategia de la perversión, construida sobre la falacia y la demagogia de los separadores/as. Atice, señora condesa consorte, atice, las bajas pasiones de unos y otros; de unos contra otros.

E.S El plural.com

Os anexo parte del documental. el total dura 46 minutos de mentiras