Lo sabían e insistieron. Lo supieron pocas horas después del atentado y decidieron continuar mintiendo. Se agarraron a ETA como a un clavo ardiendo. O ETA o la derrota en las urnas. Estos patriotas de pacotilla siguieron mintiendo. Pero no sólo intentaron falsificar la realidad durante aquellos tres días especialmente aciagos, posteriores a la mayor masacre terrorista de la historia de España. Perdieron las elecciones y no aceptaron el fracaso; no asumieron el veredicto ciudadano.
Los truhanes de la política pusieron pronto en marcha la teoría de la conspiración, única explicación favorable de su desalojo democrático del poder. Empezó, pues -a partir de los trabajos de la Comisión Parlamentaria de Investigación del 11-M-, la multiplicación de sus patrañas o de sus embustes. Pedro J. Ramírez enarboló la bandera. Anunció a bombo y platillo su buena nueva. El Mundo buscaría hasta debajo de las piedras la verdad del 11-M, al igual que aconteció –decía- en aquellos tiempos gloriosos en los que su periódico arrojaba luz sobre la sombra de los GAL. (Únicamente los GAL, únicamente tocaban los GAL. ¿El Batallón Vasco-Español? ¿Pero de qué me está Vd. hablando?).
En volandas al paraíso
Entonces, hicieron por fin presidente a Aznar. Ahora se pretendía acabar con el intruso ZP y llevar a Mariano Rajoy en volandas hasta el paraíso moncloíta. Se lanzaron con el entusiasmo de costumbre a tan sugestiva aventura. Comenzó a funcionar la alianza con la COPE y con Libertad Digital. El periodismo amarillo resplandecía de nuevo. Las más peregrinas hipótesis rebotaban por doquier. Hubo manifestaciones de las víctimas de Alcáraz exigiendo la verdad del 11-M.
Un ser arcangélico
La campaña mediática más repugnante desde la Transición se apoderó de algunos medios. Lo inverosímil se convirtió en verosímil, lo imposible fue posible, lo posible llegó a ser probable. Lo probable, dogma de fe. Gobbels parecía un ser arcangélico en comparación con ciertos tipos copelianos o mundiales. Implicaron a los jefes de la Seguridad del Estado, a los servicios secretos de España, Francia y Marruecos, al PSOE y al lucero del alba. Caragaron contra el proceso de paz a cuenta del 11-M. Afirmaban que ETA controlaba la política española. El Estatuto catalán era hijo bastardo del matrimonio contra natura entre los terroristas y Rodríguez Zapatero, apuntó Mayor Oreja. Nunca se habían escrito o propagado más villanías, más infamias, más ignominias.
Al límite
La mierda engendra únicamente mierda. Se ha llegado al límite, aunque algunos cuatreros todavía se refugiarán en el bunker, dispuestos a resistir, confiando en que los aliados no entren en Berlín. Dirán que todos mienten, salvo ellos. Ensayó ayer este discurso el talibán de las ondas episcopales. Acebes culpa ahora a los altos mandos policiales que él mismo designó. ¿Dónde está Díez de Mera? ¿Qué se hizo del famoso informe que jamás existió? ¿Por qué quien fuera director general de la Policía cuando se produjo la tragedia ha lanzado acusaciones gravísimas sin prueba alguna, primero en la COPE, luego incluso ante el Tribunal del 11-M, mientras sus compañeros de partido lo protegían públicamente?
La injusta guerra
Ni pedirán disculpas –no lo han hecho por los engaños con los que trataban de justificar la injusta guerra de Irak- ni se retirarán de la política. No saben qué es el ridículo. Menos aún, el honor. Repiten como loritos que ellos defienden con firmeza principios y convicciones. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.
E.S.
el plural
Os adjunto un video del 11m con un poco de humor
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